Maxi Jazz falleció, y las palabras quedan, su métrica y ritmo seguirá presente, como aquella tarde hace once años cuando cuestionaba mi papel como docente en un colegio y universidad pública, tantos arrastrando los pies, las pocas ganas de enseñar con las pocas ganas de aprender, qué hacer con un sistema que crea seres conformes, medidos por unas pruebas de estado que no indican nada.

«Lo más facil es hacer nada. Dedicarse a la quietud y dejar que el transcurso de lo que llamamos naturaleza haga su parte, actue y se lleve las facultades corporales abandonándonos a la muerte. Lo más facil sería recurrir a un empleo rutinario, sea este en un salón de clase conformista, sea este diciendo «Buenas ¿a la orden?» un empleo sencillo, sin mucho que pensar, sin mucho esfuerzo. Algunos profesores, algunos digo, tanto de la educación básica o media (muchos más de lo que se cree) y en la superior, se acostumbran al esquema que determina cada institución para anquilosarse, gracias a buen sueldo, y esperar gentilmente con alguno que otro sobresalto su anhelada pensión que dependiendo de la edad de ingreso a la empresa en cuestión -porque las instituciones educativas hoy día son una empresa y los estudiantes usuarios- se demora un poco más o menos años. Esta dinámica es la propia de un empleo rutinario por más que usted se dedique a formar las futuras generaciones que por lo menos en la educación oficial, la que más mueve jovenes en el país, se dedica al acoplamiento de estos a la sociedad, mas no de brindar los mecanismos para que los mismos transformen la sociedad. ¿Es porque esta función está determinada a los estudiantes bien educados de las instituciones privadas?. Muchos de los profesores de la educación básica y media se han conformado con sus emulos y con una preocupación real pero no con un compromiso tal, afrontan el desmoronamiento de la memoria colectiva cuyo resguardo es la identidad cultural. Algunos estudiantes, los oficiales, que logran ingresar a la educación superior, oficial también, son concientes por la misma situación que los rodea, y mientras unos movilizan su pensamiento por el cambio y la transformación, otros, apenas logran sobrevivir en un mundo que se extendió más allá de sus comunas, sus barrios y por la falta de formación y comprensión de la realidad apenas si pueden integrarse a un medio que no conoce el invento de la piedad.» Cali 2011

Luis Felipe Vélez. Riverview 2022