La gata está recostada sobre el sillón, acodada digamos, se estira, mira en dirección a mi cori, está esperando a que la acaricien, lo hacen, un rato, cierra los ojos, cruza las patas delanteras, cori sigue escribiendo, la gata da una vuelta y viene, la acaricio un rato mientras pienso que escribir aquí, luego se va y vuelve a la parte donde estaba, donde se colocan los brazos para descansar, pero mi cori está concentrada escribiendo así que la gata estira una pata y le toca el brazo derecho par llamarla, para que la siga acariciando como ahora hace un rato, y también como unos días atras y unos meses y años desde que la cuida y la lleva ahora clavada en el pecho como una prenda de la memoria y la belleza intangible de la vida.

Luis Felipe Vélez Cali 2024